Al comenzar tu retiro, deja de lado todas tus distracciones. Respira profundamente. Abre tu mente y tu corazón a Dios.
Lucas 1:38
Respondió María: “Yo soy la sirvienta del Señor: que se cumpla en mí tu palabra.” El ángel la dejó y se fue.
Parece que lo único que el ángel necesitaba era la respuesta de María. “El ángel la dejó y se fue“. La misión del ángel estaba cumplida y la de María acababa de empezar. Ella no podía saber todo lo que implicaba ser la Madre de Dios. Pero sabía que Dios la había elegido a ella y, por la fe, sabía que eso era suficiente, que tendría lo que necesitara para cada etapa del camino. Por la fe, también nosotros tenemos esa misma seguridad. Podemos tener dudas o querer más información o dudar si tenemos lo que se requiere para hacer lo que Dios nos pide, pero siempre podemos estar seguros de que Dios proveerá maravillosamente bien.
¿Quién ha sido un mensajero de Dios para mí recientemente?
¿Cómo respondí al mensaje?
(Habla con Dios usando las palabras que desees o hazlo con la siguiente oración). Mi alma se alegra en ti, Dios, mi Salvador. Me conoces, me amas y haces maravillas en mi vida. Concédeme que pueda decir siempre sí a todo lo que me pides.