Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en tu interior.
Genesis 22:11-12
Pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: “¡Abrahán, Abrahán!” El contestó: “Aquí estoy.” Dios le ordenó: “No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ya he comprobado que respetas a Dios, porque no me has negado a tu hijo, tu único hijo.”
Dios bendijo a Sara y a Abraham con un hijo. La disposición de Abraham para sacrificar a Isaac, su hijo tanto tiempo esperado, es una demostración dramática de su fe. Dios bendice la confianza de Abrahán, declarando que su descendencia será tan numerosa como las estrellas. Con Dios, las bendiciones más abundantes se dan incluso en medio de las pruebas más difíciles. Los descendientes de Abraham son el pueblo elegido de Dios. Con ellos tenemos la misión de proclamar la salvación de Dios.
¿Qué parte de mi vida trato de mantener alejada de Dios?
¿Qué bendiciones ha sacado Dios de las dificultades de mi vida?
(Habla con Dios con las palabras que desees o hazlo con la siguiente oración). Dios fiel, tú caminas conmigo a través de todas mis dificultades. Ayúdame a ser testigo de tu fortaleza y fidelidad.