Antes de comenzar tu retiro, respira profundamente y sé consciente de la presencia amorosa de Dios.
Lucas 1:28
Entró el ángel a donde estaba ella y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.”
A pesar del miedo y la incertidumbre iniciales, María aceptó el plan que Dios había dispuesto para ella. Aceptó, con la ayuda de la gracia, la petición de Dios de ser la madre de su Hijo al responder: “He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra“. Con esta respuesta se convirtió en el primer discípulo de Jesús, la primera en aceptarle como aquel a quien Dios nos había prometido. María tenía su corazón y su cabeza en el lugar adecuado para dejar que la gracia de Dios entrara en su vida, incluso de esa forma tan sorprendente e inesperada. Su humildad es un modelo para nosotros, incluso cuando la reverenciamos como Madre de Dios y Madre de la Iglesia.
¿Cómo puedo descubrir a dónde me llama Dios para así tomar decisiones correctas en mi vida?
¿En qué áreas de mi vida debo practicar más la humildad?
(Habla con Dios con tus propias palabras o hazlo con la siguiente oración). He aquí la sierva del Señor. Hágase en mí según tu palabra.