Al comenzar tu retiro, deja de lado todas tus distracciones. Respira profundamente. Abre tu mente y tu corazón a Dios
1 Pedro 5:6-7
Por tanto, humíllense bajo la mano poderosa de Dios, y a su tiempo él los elevará. Encomienden a Dios sus preocupaciones, que él se ocupará de ustedes.
En nuestras vidas, cuando estamos tan ocupados que no tenemos tiempo para nada, es muy fácil que caigamos en la tentación de pensar que somos nosotros los que dirigimos el universo. Todo depende de nosotros. Entonces leemos este pasaje de Pedro, recordándonos la verdadera naturaleza de la comunidad y de nosotros mismos. Pedro nos pide que dejemos a Dios ser Dios en nuestras vidas. Cuando humildemente le cedemos el control de nuestras vidas a Dios, le estamos dejando hacer su obra en nosotros y a través de nosotros. No hay necesidad de cargar todo el peso en nuestras espaldas. Nuestro Dios amoroso está esperando para acompañarnos en el camino y aliviar nuestra carga.
¿Qué me puede estar pidiendo Dios que deje en este momento?
¿Creo lo suficiente en el cuidado que Dios nos ofrece para confiarle mis preocupaciones?
(Habla con Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras). Dios creador, gracias por tu cuidado constante. Camina hoy a mi lado y ayúdame a recordar que no estoy solo.