Antes de comenzar tu retiro, prepárate tomando una pausa para relajarte. Respira lenta y profundamente. Cuando estés relajado, deja que la presencia bondadosa de Dios te llene con cada respiración que tomes.
Genesis 2:15
El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín del Edén, para que lo guardara y lo cultivara.
Cuando contemplamos la maravilla de la creación nos parece que Dios es un buen jardinero. La Tierra extrae de la voluntad de Dios abundantes y variadas formas de vida. A través de esta historia del Génesis, se nos invita al jardín de Dios y se nos da el encargo de cuidarlo. Proteger la creación es una obligación moral. El cuidado que le damos a las plantas, animales y, sobre todo, a los demás seres humanos es un reflejo de nuestra cooperación en el plan de Dios.
¿Qué hago en la práctica para cuidar la creación?
¿Qué puedo hacer para demostrar que proteger la creación no sólo se refiere a las plantas y animales sino sobre todo a los seres humanos?
(Habla con Dios usando tus propias palabras o recitando la siguiente oración). Dios creador, cultiva en mí el amor por tu creación. Ayúdame a entender que quieres que cuide el mundo que tú creaste.