Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa y relájate. Respira profundamente. Recuerda lo mucho que te ama Dios.
Mateo 28:19
Vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos, bautícenlos consagrándolos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
La expresión coloquial “morir de sed“ se refiere al poder que tiene el agua de dar vida. En la vida sacramental de la Iglesia, el agua del Bautismo es la forma por la que entramos a formar parte de la familia de Dios. Lo continuamos cada vez que al entrar en una iglesia mojamos nuestros dedos en la fuente del agua bendita y hacemos la señal de la cruz. Este acto es un recordatorio del Bautismo y de nuestra entrada a la familia de Dios. Se nos recuerda la gracia que recibimos en el Bautismo y que continúa a lo largo de nuestras vidas.
¿Presto atención y tengo una actitud orante cuando me persigno con agua bendita?
¿Cómo puedo ser más consciente de y estar más atento a actos rituales como éste?
(Habla con Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) Padre del amor, tú que derramas tu amor abundante en las aguas del Bautismo, ayúdame a crecer en tu amor como hijo o hija tuyo. Te pido que sea testimonio tuyo para todos aquellos con los que me encuentre.