El Espíritu está con nosotros

“Si me aman, obedecerán mis mandamientos; y yo rogaré al Padre y les dará otro Consolador, para que esté siempre con ustedes. Es el Espíritu de la verdad que no puede recibir el mundo, porque ni lo ve ni lo conoce; ustedes, en cambio, lo conocen porque vive en ustedes y con ustedes está. No los dejaré huérfanos”.

Juan 14:15-18

En este pasaje de la Escritura Jesús les está hablando a sus apóstoles después de la Última Cena. Les está compartiendo algunas palabras finales de consuelo y fortaleza antes de que sus acusadores vengan a arrestarlo. Como es de esperarse, los apóstoles están nerviosos y temen lo que pueda venir después. Jesús no les oculta que los va a dejar.

Los discípulos temen quedarse solos, sin él; estarán perdidos sin Jesús. Pero Jesús les aclara que les enviará un Defensor que les ayudará.

El término defensor tiene varios significados. Viene de una palabra griega que significa “abogado”. También puede significar “mediador”, “intercesor”, “quien da fortaleza” o “consolador”.

Jesús pide al “Espíritu de la verdad” que sea el defensor de sus amigos y que permanezca con ellos. Jesús nos ofrece este mismo apoyo. Nos dice:
“No los dejaré huérfanos” (Juan 14:18).

Hacer frente a los desafíos de un nuevo día puede asustarnos. Es posible que enfrentes alguna situación difícil en tu vida. Puede que te preocupen los acontecimientos que se desarrollan en el resto del mundo. Con tantos problemas que se presentan en el mundo, además de los propios, no es de admirarse que te preguntes dónde está Dios.

Estás igual que los discípulos cuando oían a Jesús. Habían estado con él por casi tres años y ahora está por dejarlos. Tratan de aclarar lo que está sucediendo y temen lo que vendrá después.

Jesús asegura a sus discípulos que no dejará huérfanos. Les promete que les enviará su Espíritu Santo, la tercera Persona de la Trinidad, que es Dios, para que esté siempre con ellos. Hoy, Jesús te hace esa misma promesa.