Robert Emmons, profesor de psicología, ha identificado cinco características principales de lo que llama inteligencia espiritual. De las cinco, una me llama la atención: la realización de las actividades diarias con un sentido de lo sagrado. En la misma línea, el autor dice que “las personas espiritualmente inteligentes tienen la habilidad de infundirle a las actividades diarias, eventos y relaciones humanas un sentido de lo divino. Una persona espiritualmente inteligente ve el trabajo como una llamada, la paternidad como responsabilidad sagrada, y el matrimonio con un profundo significado espiritual”. Añadiría que también la familia se ve como un camino espiritual. He aquí tres maneras rápidas que te ayudarán a santificar las acciones de cada día:
1. Inicia el día con un momento de silencio. Esta es una excelente forma de acrecentar la conciencia que tienes de la presencia activa de Dios en tu vida.
2. Cambia tu manera de hablar. En lugar de decir: “tengo qué hacerlo”, “lo haré”. Por ejemplo: “llevaré a mis hijos al partido de fútbol soccer después de la escuela”, o “reviso la tarea que mis hijos reciben en el programa de catequesis parroquial”. Experimenta la diferencia al cambiar la forma de hablar y la actitud ante la vida.
3. Sé agradecido al final de tu día. El psicólogo Emmons identifica la gratitud como una característica esencial de una espiritualidad ?saludable. Culmina ?tu día recordando todas aquellas cosas por las que estás agradecido. Observa la manera en que esto cambia tu forma de ser y cuenta todas las cosas ?buenas que se añaden a tu vida.