¿Alguna vez te has molestado excesivamente con tu computadora y has tenido el deseo de tirarla por la ventana? ¿Qué tal el tráfico? ¿Alguna vez te ha molestado tanto que estabas a punto de gritar? Piensa un poco en las ocasiones en que la fila del banco ha sido demasiado lenta y parece que no tiene fin.
Algunas veces son las cosas pequeñas las que nos ponen al filo de la navaja:la cinta que no abrocha bien tu zapato justo cuando estás por salir de casa; ir detrás de un tractocamión que parece más lento que una tortuga, mientras que tú necesitas llegar rápidamente a cierto lugar.
Estos pueden constituir pequeños obstáculos en el camino de la vida. La manera en que respondemos a ellos puede ser un barómetro de nuestra condición espiritual. Cuando nuestra vida espiritual es débil, aun el menor contratiempo puede encender en nosotros la furia. Un remedio efectivo y rápido para esta situación es el mantener una actitud agradecida.
Puede parecernos loco el pensar en ser gratos en tal momento, pero eso es exactamente lo que funciona y lo que nuestra vida espiritual necesita. El llenar estas experiencias de gratitud nos lleva de una actitud mísera y egoísta a una mayor apreciación de nuestra vida como un regalo de Dios.
¿Cómo puedes ir de un “¡Grrrrrr!” a una actitud de gratitud? Te presentamos algunas sugerencias:
A menudo, el coraje y la ansiedad surgen en nosotros cuando estamos viviendo muy aprisa. A pesar de que a diario encontramos muchas exigencias, la vida parece ser siempre más generosa si tan sólo logramos disminuir el ritmo de vida y ser más conscientes de lo que sucede. Cuando sientas que el coraje te gana, procede con mayor lentitud.
Cuando haya cosas pequeñas que te irriten, date la oportunidad de contemplar toda la situación. Tu computadora puede parecer lenta, pero aun así, te permite acceso a la información en cuestión de minutos, que tan sólo hace algunos años te hubieran requerido algunas horas. Si estás atrapado en el tráfico, puedes mantener una actitud agradecida por las personas que trabajaron en esa calle sobre la cual conduces.
Cuando ves la situación desde una perspectiva diferente, deja que tu corazón exprese gratitud a Dios por este y todos los regalos con los que ha llenado tu vida. Aun cuando las circunstancias exteriores no cambien siquiera un poquito, experimentarás la vida de una manera distinta y podrás estar plenamente agradecido por este cambio.