¡Disfrute del Adviento!

  

Solamente un santo podría mantener la paciencia necesaria para afrontar las compras de Navidad, el estrés navideño y las cuentas de las tarjetas de crédito después de la Navidad. Eso es una lástima, porque hay algo más que se nos pasa desapercibido: el Adviento. A continuación les ofrezco algunas sencillas maneras de disfrutar de las siguientes semanas.

Primero, profundice en sus conocimientos acerca del tiempo de Adviento. Este tiempo litúrgico es tiempo de espera, algo que todos hacemos: esperamos buenas noticias, un mejor trabajo o que se mejoren nuestras vidas. El Adviento es un tiempo durante el cual reflexionamos acerca de lo que significa esperar la llegada de Dios, lo cual encaja perfectamente con nuestro anhelo humano. Como dice el canto: “Ven, tan esperado Jesús”. El Adviento es también tiempo de hermosas lecturas de las Sagradas Escrituras, como las del libro del profeta Isaías, quien proclama: “El desierto y la tierra reseca se regocijarán, el arenal de alegría florecerá”. ¡Estas lecturas nos dan esperanza! El Adviento también es la temporada de hermosas tradiciones de la Iglesia, incluyendo la corona de Adviento, las cuales se pueden transformar en rituales familiares.

Segundo, disminuya la locura que conllevan los preparativos de la Navidad. Estas son algunas sugerencias de cómo conseguir esto: mande tarjetas solamente a amigos cercanos y a familiares, recorte un regalo por persona de su lista, y solamente asista a las festividades navideñas esenciales. ¿Suena egoísta? ¡Es todo lo opuesto! Le dará más tiempo para poder pasar con la gente a la que ama y para dedicar a la oración.

Quizás el Adviento es cuando uno puede dedicarse más a su vida espiritual, encontrando el gozo que ofrece este tiempo litúrgico y teniendo menos estrés durante la Navidad. En pocas palabras, ¡el Adviento puede ser ese tiempo que estaba esperando!


James Martin, SJ es sacerdote jesuita y autor del libro My Life with the Saints [Mi vida con los santos].